


Entre las muchas maneras que se tiene de combatir la nada, una de las mejores es sacar fotografías, actividad que debería enseñarse tempranamente a los niños, pues exige disciplina, educación estética, buen ojo y dedos seguros. No se trata de estar acechando la mentira como cualquier reporte, [...], pero de todas maneras cuando se anda con la camara hay como el deber de estar atento, de no perder ese brisco y delicioso rebote de un rayo del sol en una vieja piedra, o la carrera trenzas al aire de una chiquilla que vuelve con un pan o con una botella de leche. Michel sabía siempre que el fotógrafo opera siempre como una permutación de su manera personal de ver el mundo por otra que la camara le impone insidiosa, pero no desconfiaba, sabedor de que le bastaba salir sin la Contax para recuperar el tono distraído, la visión sin encuadre, la luz sin diafragma ni 1/250.[...] Levanté la cámara, fingí estudiar un enfoque que no los incluía, y me quedé al acecho, seguro de que atraparía por fin el gesto revelador, la expresión que todo lo resume, la vida que el movimiento acompasa pero que una imagen rígida destruye al seccionar el tiempo, si no elegimos la imperceptible fracción esencial.[...] De toda la serie, la instantánea en la punta de la isla era la única que le interesaba; fijó la ampliación en una pared del cuarto, y el primer día estuvo mirándola y acordándose, en esa operación comparativa y melancólica del recuerdo frente a la perdida realidad; recuerdo petrificado, como cada foto, donde nada faltaba ni siquiera y sobre todo la nada, verdadera fijadora de la escena...
JULIO CORTAZAR...
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